De los delfines se sabe que han ayudado a los humanos en momentos de peligro, pero nunca se esperaba que una ballena jorobada hiciera lo propio. Pues sí, y la dichosa fue la bióloga Nan Hauser que fue defendida por este enorme crustáceo cuando un tiburón amenazaba con atacarla.
El hecho ocurrió frente a la costa de Rarotonga, en las Islas Cook, cuando la científica buceaba junto a las ballenas. En un momento observó un comportamiento poco habitual porque el enorme animal la empujaba a la superficie y luego la quería ocultar bajo su aleta. Ella no entendía la acción de la ballena y trató de no entrar en pánico para no alertarla, pero cuando logró subir a la superficie notó que un tiburón blanco la perseguía y la ballena la defendió. Su sorpresa no pudo ser mayor.