El presidente estadounidense, Barack Obama, anunció hoy que, como parte de las reformas de las prácticas de espionaje que lleva a cabo la Agencia de Seguridad Nacional (NSA), no se espiará a mandatarios de países aliados.
En una intervención en el Departamento de Justicia, Obama prometió más garantías para los ciudadanos de países extranjeros y que no se espiará a los jefes de Estado o a gobierno aliados, como denunciaron la canciller alemana, Ángela Merkel, y la presidente brasileña, Dilma Rousseff. «He dejado claro a nuestra comunidad de inteligencia que, a no ser que haya un importante motivo de seguridad nacional, no se vigilarán las comunicaciones de jefes de estado y gobierno amigos y aliados cercanos», afirmó el mandatario estadounidense.