Hace hoy ciento cincuenta años que bajó a la tumba en la ciudad de Santiago de los Caballeros uno de los fundadores de la República Dominicana, héroe de nuestra Independencia y de la Restauración, de cuyo gobierno fue Vicepresidente: Matías Ramón Mella y Castillo. Mella nació en la ciudad de Santo Domingo el 25 de febrero de 1816, siendo sus padres Antonio de Mella y Francisca Castillo.
El 27 de marzo de 1864 tiene lugar el encuentro histórico de Juan Pablo Duarte, veinte años ausente de la Patria, con el general Mella en su cama de muerte. Manuel Rodríguez Objío lo cuenta de esta manera: «Visité al ilustre General Mella, soldado de dos grandes épocas, que se hallaba postrado en el lecho de su muerte». Ahí le abraza Duarte. El 4 de junio de 1864 dice que «no siéndole posible morir después de contemplar su Patria libre de las huestes extranjeras, quería que le colocaran en la fosa con la bandera por sudario», como lo cuenta Archambault. Fue sepultado en el cementerio de Santiago, donde permaneció hasta febrero de 1891 cuando fue trasladado a la capital (de Santiago a La Vega, a caballo; de La Vega a Sánchez, en ferrocarril y de allí en el vapor Presidente, a Santo Domingo). Sus restos fueron depositados en la Capilla de los Inmortales de la Catedral de Santo Domingo, el 27 de febrero de 1891 y permanecieron allí hasta el 27 de febrero de 1944, centenario de la Independencia cuando fueron trasladados a la Puerta del Conde.
Posteriormente, en 1976, en ocasión del centenario del fallecimiento de Duarte, los restos de los padres de la Patria fueron trasladados al mausoleo especial levantado en el parque independencia.
Como proclama el himno a Mella, «Fue tu espada la divisa del honor y del deber.
La Bandera fue tu culto, la Bandera fue tu altar,
Y después… un milagro pudo ser: encontraron la bandera, la Bandera tricolor,
reviviendo en sus matices la grandeza de tu amor».