La esposa del presidente francés, Nicolás Sarkozy, se quejó porque un periódico belga fotografió a su hija sin pedir permiso, ni distorsionar su rostro para respetar el derecho al anonimato. Desde que nació su hija Giulia, en octubre del año pasado, la cantante se mantuvo muy protectora de su bebé. Por eso, cuando un diario de Bélgica publicó imágenes de las dos sin ocultar el rostro de la niña, puso el grito en el cielo.
«En nombre de la libertad de prensa, siempre he aceptado sin quejarme la publicación de fotografías robadas o de información, incluso errónea, sobre mi vida privada, pero no puedo aceptar y nunca aceptaré que se pisotee el derecho de mis hijos a vivir libres y en el anonimato, sea período electoral o no», señaló Bruni en una declaración publicada en su página de Internet.
La primera dama francesa fue más allá y aseguró que no tiene miedo de tomar represalias legales para que se respete la imagen de sus hijos. Bruni tiene un niño de 11 años, Aurélian, fruto de su relación con un empresario.