Turismo en Monasterios y Conventos

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La diversificación del turismo en todo el mundo, ha abierto nuevas posibilidades y encuentra modalidades que hasta hace muy poco tiempo eran impensadas. El turismo temático, por ejemplo, nos lleva hasta propuestas ligadas a la ecología, la aventura, los deportes y la gastronomía. Dentro de todas las nuevas alternativas a disposición del turista pareciera ser que lo último en ascenso es el turismo espiritual, y sobre todo, el turismo en monasterios y conventos.

 

Este tipo de turismo, es una opción muy recomendable para aquellos que desean desconectar por completo del mundo moderno, con la ventaja de que en muchos casos, las opciones se encuentran muy cerca de casa. En su mayor parte, el turismo en monasterios y conventos, ofrece la posibilidad de pasar varios días “recluidos” en lugares de gran tranquilidad, pero muchas veces, en medio de paisajes fantásticos, aislados en medio de la naturaleza.

 

El turismo en monasterios u otros edificios religiosos tiene un público importantes por atraer, y a ésta altura, no faltan agencias de viajes que se especializan en la búsqueda de destinos ligados a lo espiritual por todo el mundo.

 

Hospedarse en un monasterio puede ser una experiencia extraordinaria. Pero, ¿cuál escoger? En lugares como España hay más de mil conventos y centros religiosos de los que unos 600 ofrecen alojamiento. Y no debemos olvidarnos de los famosos Ashram en la India. Debemos tener en cuenta que los monasterios y conventos van a estar disponibles en países con una gran riqueza religiosa a partir del S. XV como por ejemplo España e Italia, Sur América y California (Misiones Dominicas y Jesuitas construidas por los colonizadores).

 

En los últimos años, hemos notado que cada vez más, numerosos monasterios abren sus puertas al turismo como una alternativa sustentable para afrontar el mantenimiento y los gastos de funcionamiento. El turismo en edificaciones religiosas ofrece como novedad que permite compartir algunas actividades con los monjes y las personas que habitan el edificio. Mientras algunos de ellos ofrecen hospedajes modestos, otros se convierten en verdaderos templos casi de lujo, acondicionados en cada detalle para recibir visitantes.

 

Tarifas: Mientras que los más lujosos pueden llegar a cobrar precios bastante onerosos (USD 300-400 por noche), en algunos monasterios y conventos se ofrece alojamiento a cambio de una contribución voluntaria, estando orientados a un perfil de gente que busca una especie de retiro, o un tiempo de meditación y soledad.

 

 

Un día en el convento

El recibimiento en el lugar lo hace el hermano/a o monje hospedero que lleva al visitante a su celda o su habitación y será a quien deba dirigirse el huésped durante tu estancia. No se debe esperar lujo. Casi todas las celdas cuentan ya con calefacción y baño incluido. Salvo raras excepciones, hay libertad de movimiento por la hospedería, que suele estar separada de la zona donde viven los monjes o la clausura.

 

La hora del desayuno suele ser entre las 7 y 8 de la mañana, compartiéndose en ocasiones con la comunidad. Si acudes a un monasterio a meditar, puedes pasar el día dentro, en tu celda o en las estancias comunes, como la capilla o la biblioteca. Si no, puedes salir (a veces te dan incluso una llave) hasta la hora de comer: los horarios son muy estrictos. Por la tarde, casi todos los conventos recomiendan a sus huéspedes participar en algunos de sus oficios, antes de cenar. La comida la preparan los hermanos/as encargados de la cocina, quienes también se ocupan de la limpieza de las áreas, aunque en algunos deberás ayudar a recoger la mesa. Se suele rezar antes de las comidas y durante ellas. En algunas órdenes, un hermano/a lee a los demás, mientras éstos permanecen en completo silencio. Alrededor de las 10 de la noche, como muy tarde, hay que retirarse a la habitación.

 

 

Diez mandamientos de convivencia en un convento o monasterio

1. No confundas una hospedería con un hotel

2. Ante la duda, dirígete al hermano(a) o monje (a) hospedero(a)

3. Arregla tú mismo la habitación

4. Respeta la zona de clausura

5. Respeta las horas de las comidas

6. No utilices ni teléfonos celulares ni radios en público

7. Participa en algún oficio religioso

8. Permanece al menos tres días

9. Investiga sobre la historia del monasterio

10. Despójate de cualquier idea preconcebida sobre un monasterio

 

 

Cómo reservar

Lo primero es armarse de paciencia. Ten a mano una guía de monasterios para elegir. Debes tener preparado el discurso adecuado y respuestas concretas a ciertas preguntas, si no cuentas con la recomendación de algún familiar o conocido de los monjes.

 

No hables ni de vacaciones, ni de estudios, ni siquiera de descanso. Lo más seguro es decir que necesitas disfrutar de un retiro preferiblemente espiritual, un tiempo para reflexionar, en paz y recogimiento. No suelen exigir que se seas católico practicante pero hay una preferencia por personas religiosas. Si al final tus argumentos convencen, hay que preguntar por las condiciones de admisión: si hay limitaciones por sexo; tiempo mínimo y máximo de estancia; si sirven comidas; si tienes que participar en los oficios o en alguna tarea de la comunidad; si hay limitaciones en las salidas; si los matrimonios pueden llevar a lo niños. Pregunta al final por el precio, aunque a veces no quieren comunicarlo por teléfono o te dirán que es la voluntad.

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