Alejandro Sanz estaba en plena felicidad en julio de 2011 con el nacimiento de su tercer hijo reconocido, Dylan, que tuvo con la española Raquel Perera. Lo que no imaginaba es que al mismo tiempo, una incomoda noticia se estaba rumorando. Isabel, una joven de 21 años, disparaba la noticia en los medios de comunicación que su madre, Charo Berea, había tenido un romance con Sanz y que ella era producto del idilio.
Isabel comenzó a reclamar ante las autoridades españolas que el cantante la reconociera como su hija primogénita. Aunque en un principio no lo aceptó a cabalidad, Isabel acaba de declarar que ella sí quiere sacar provecho de la supuesta paternidad. Sí quiere dinero. Quiere tener lo mismo que tienen sus 3 supuestos hermanitos, hijos reconocidos del cantante que tuvo con la modelo Jaydi Mitchell, con Valeria Rivera, una masajista puertoriqueña , aspirante a diseñadora de modas y con Raquel Perera, su actual pareja.
«Isabel aseguró que no quiere el dinero del intérprete de ‘Amiga Mía’ sino del que podría ganar gracias a él, porque quiere tener el mismo derecho que los otros hijos del español», por lo que insiste en que se realice el ADN y se compruebe que tanto ella como su madre dicen la verdad. También quiere sacar un disco y tener éxito como artista.