El actor estadounidense y ex boxeador Mickey Rourke imprimió el lunes sus pies y manos en el Paseo de la Fama de Hollywood en una ceremonia que dedicó, entre sollozos, a su fallecida abuela, diez días antes del estreno de «Immortals», donde interpreta a un sanguinario rey. Rourke, quien a sus 59 años vive un espectacular retorno a Hollywood tras el éxito de «The Wrestler» en 2008, luego de haber abandonado su carrera por el boxeo, se convirtió en el artista número 254 que deja sus huellas en la entrada del Teatro Chino en Hollywood.
«La persona a la que quiero dedicar esto -dijo, con la voz quebrada- es a mi abuela. Ella me decía que fuera un caballero, que fuera amable, y yo no estaría aquí si no hubiera tenido el amor que me dio», agregó. En la ceremonia también participaron la estrella del filme «Immortals» Luke Evans, el director de «Iron Man 2» Jon Favreau y el actor Eric Roberts. Asistió además Freddie Roach, el instructor de la estrella, y el boxeador filipino Manny Pacquiao, a quien Rourke presentó como «el mejor entrenador del mundo».
En «Immortals», una épica y sangrienta historia que recupera elementos de la mitología griega y que se estrena el 11 de noviembre, Rourke representa al desalmado rey Hyperion, a quien Teseo debe combatir con la ayuda de Zeus para salvar a la humanidad. Rourke fue aclamado por la crítica y nominado como mejor actor por su papel de luchador vencido en «The Wrestler», que marcó su retorno definitivo al terreno de los pesos pesados de Hollywood.