Lenny Kravitz, de madre negra y padre blanco, no se percataba de los distintos tonos de piel que había en su casa cuando niño. «Crecí en una casa llena de colores», recuerda. Las cosas cambiaron cuando empezó la escuela primaria. «No sabía nada de problemas hasta que entré en primer grado y me lo hicieron notar», dijo el cantante y guitarrista.
«Sabía que mi padre lucía distinto a mi madre, pero no sabía que eso significara algo… No tenía idea de que fuera un problema». En su más reciente álbum, «Black and White America», el rockero de 47 años aborda ese tema, así como lo que vivieron sus padres como una pareja interracial en el Nueva York de los años 60.
El noveno álbum del ganador del Grammy, que debutó en el No. 17 de los 200 más vendidos de Billboard el mes pasado, se grabó en un periodo de dos años entre las Bahamas y París.