Un grupo de arqueólogos mexicanos descubrió dos esculturas de piedra caliza de 1.300 años de antigüedad que retratan a guerreros mayas capturados en el sur del país y, según los especialistas, podrían ayudar a aclarar las alianzas y conflictos entre las ciudades mayas poco antes de que comenzara el declive de esa civilización.
Los arqueólogos anunciaron el descubrimiento de las elaboradas esculturas, de tamaño natural, que muestran a dos guerreros sentados con las piernas cruzadas y sus manos atadas en la espalda. Las piezas fueron encontradas en el sitio arqueológico de Toniná, en el sur de Chiapas, junto con dos marcadores del Juego de Pelota.
Las esculturas de 1,5 metros de alto tienen inscripciones jeroglíficas en sus taparrabos y en el pecho, las cuales dicen que los guerreros pertenecían a la ciudad de Copán, dijo el arqueólogo Juan Yadeun en un comunicado de prensa.