La saga de Harry Potter está a punto de finalizar, pero su embrujo persiste. Miles de fanáticos de Harry Potter se congregaron en el centro de Londres a la espera del estreno mundial de la última película de la serie.
Atestaron la plaza Trafalgar, donde una alfombra roja empapada aguardaba a los actores, y la cercana plaza Leicester, donde se encuentra el teatro del estreno, soportando la inevitable lluvia londinense —que ninguna magia es capaz de detener— con paraguas, impermeables y mucha alegría.
Desde el escenario montado en la plaza, Radcliffe (Harry Potter), de 21 años y quien hace el papel del niño brujo desde que tenía 11, dijo que la historia nunca terminaría. «Todos y cada uno de los que vieron estas películas en los últimos 10 años, no sólo los que están en esta plaza sino en todo el mundo, las llevarán consigo por el resto de su vida», dijo.