Alexander debía consumir 7.000 calorías al día, pero sin consumir jamás lácteos, azúcares, derivados del trigo ni alcohol. Además, el actor tenía que someterse a un intenso entrenamiento en el gimnasio que comenzaba a las 4.30 de la mañana y que también le obligaba a ejercitarse por las tardes. Al parecer, la dieta acabó por desesperar a Alexander hasta el punto de que, cuando por fin le permitieron comer una manzana, la besó antes de comérsela. Además, el actor reveló que, tras el rodaje, se pasó cuatro días en la cama mientras su padre le llevaba comida.
El actor sueco Alexander Skarsgard ha tenido que someterse a una estricta dieta para conseguir la musculosa figura necesaria para ser el nuevo Tarzán en la gran pantalla
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