Salir de sus casas sin saber si podrán regresar a ella con vida es la situación a la que se enfrentan diariamente quienes se ven en la necesidad de cruzar la avenida Circunvalación que conecta los barrios Pekín y La Cruz de Marilópez de esta ciudad, razón por la cual ha sido bautizada por los residentes como “vía de la muerte”. Un lugar que según testifican quienes lo frecuentan “por necesidad y no por gusto”, se ha convertido en escenario de muertes violentas y accidentes que despiertan el temor en los transeúntes.
Vehículos pesados desplazándose a velocidades que dan de qué hablar, mientras que la gente en el mismo medio de la carretera que ni siquiera tiene una línea divisoria más que la imaginaria, esperan que algún buen samaritano “se digne a cedernos el paso”. Algunos no han logrado cruzar al otro lado, y es que han sido arrollados en el intento, mientras que otros temen ser las próximas víctimas de esta carretera que más de uno califica como “muy peligrosa”.