Dale y Jennifer Harris, padres de un estudiante de la escuela secundaria Hingham, demandaron a la institución y al comité escolar tras acusar a la escuela de sancionar injustamente a su hijo por hacer trampa en un proyecto utilizando inteligencia artificial generativa. La demanda sostiene que no existían normas claras sobre el uso de esta tecnología en el manual del estudiante. La escuela, por su parte, defendió su decisión, argumentando que la sanción buscaba educar sobre la importancia de la honestidad académica y el uso ético de las herramientas tecnológicas.
El caso comenzó en diciembre de 2023, cuando un estudiante de tercer año fue señalado, junto a un compañero, por utilizar contenido generado por IA en un proyecto de Historia de Estados Unidos. El trabajo, que incluía citas ficticias de libros inexistentes, fue hecho rápidamente en menos de una hora, mientras que otros estudiantes tardaron más de siete horas. La escuela utilizó herramientas de detección de IA, como Draft Back y Chat Zero, para confirmar el uso de texto generado artificialmente. Aunque la escuela permitía el uso de IA para generar ideas y buscar fuentes, los funcionarios determinaron que los estudiantes violaron las políticas al presentar el trabajo como propio.
Los padres demandan que se modifique la calificación de su hijo y que se elimine el caso de su expediente disciplinario antes de que comience el proceso de solicitudes universitarias.