En medio de la evolución tecnológica y la creciente presencia de la inteligencia artificial y herramientas informáticas que han transformado la vida cotidiana, ha surgido un temor recurrente: el miedo a que la tecnología suplante a la especie humana. Este fenómeno se conoce como tecnofobia, que se define como una aversión o resistencia hacia el uso y la adopción de dispositivos tecnológicos. Las personas que la padecen pueden experimentar ansiedad, temor e inseguridad al enfrentarse a la tecnología, lo que puede dificultar su adaptación a las nuevas herramientas y limitar su participación en la era digital.
La tecnofobia puede surgir por diversas razones, como falta de conocimiento, experiencias negativas previas, preocupaciones por el futuro, o simplemente una resistencia al cambio, por lo que es importante tener en cuenta que existen diferentes tipos que se manifiestan en temores específicos hacia ciertos aspectos de la tecnología.
Los dos tipos de Tecnofobia más frecuentes son:
– Tecnofobia relacionada con la privacidad: es el miedo a que la tecnología invada la privacidad personal, como el temor a ser vigilado o rastreado constantemente a través de dispositivos o servicios en línea.
– Tecnofobia relacionada con la ciberseguridad: temor a ser víctima de ataques cibernéticos, como el robo de información personal o financiera, el fraude en línea o la pérdida de control sobre los propios dispositivos. Hay muchos otros pero por cuestión de tiempo no puedo mencionarlos todos.
La tecnofobia no es considerada una enfermedad en términos médicos. Se trata de una respuesta emocional y conductual hacia la tecnología que puede variar en intensidad y manifestación en diferentes individuos. No está clasificada como un trastorno mental en los manuales de diagnóstico médico, como el DSM-5 Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales.