l Gobierno británico convertirá en delito el animar a otras personas a autolesionarse o a infligirse daño físico en su proyecto de ley para la Seguridad Online, que finaliza estas semanas.
El contenido que fomente de alguna forma el causarse cualquier tipo de daño físico se convertiría así en un nuevo delito tipificado.
Este añadido a la ley responde en buena medida al caso de la adolescente Molly Russell, que causó una fuerte convulsión en la sociedad británica. Russell, de 14 años, se suicidó en noviembre de 2017 y un juez forense dictaminó el pasado mes de septiembre que el contenido de diversas redes sociales jugó un papel relevante en su decisión de quitarse la vida. La adolescente, que utilizaba aplicaciones como Instagram y Pinterest, sufrió «efectos negativos a raíz del contenido» que recibía a través de internet, según determinó el juez forense Andrew Walker. La ministra británica del Digital, Cultura y Medios, Michelle Donelan, declaró que el proyecto de ley será reforzado con ese delito para «asegurarnos de que estos actos viles desaparezcan».