Para algunos que la conocieron de cerca, su mayor logro fue tener una vida relativamente normal, algo muy complicado siendo la única hija del magnate Conrad Hilton y la actriz Zsa Zsa Gabor. Pese a los privilegios y a la presión del nombre y la posición, Francesca Hilton mantuvo siempre un sentido del equilibrio ejemplar, según la gente de su entorno, una mujer que acabó riéndose de sus propias miserias, de la clase de suerte altanera que le deparó el destino.
En cuanto a su vida profesional, la única hija de Conrad Hilton se dedicó a varios oficios, entre ellos el de fotógrafa y actriz, probando suerte en una película junto a Jack Nicholson en 1971, ‘Un lugar seguro’, sin que el intento trascendiera.
En sus últimos años, se dedicaba a la comedia, actuando en lugares como el Comedy Store de Sunset Boulevard, donde se mofaba de sus padres y de su popular sobrina. “Me llamó el otro día y me dijo: ‘¿Francesca, me puedes recoger? Estoy demasiado borracha para conducir’. Y yo le dije: ‘Chica, te recogería, pero estoy demasiada borracha para conducir yo misma’”. Su estrategia fue tomarse las cosas con mucho sentido del humor. Hasta que murió.