Nunca se me habría ocurrido pensar que donar sangre podría ser compatible con jugar unas partidas de nuestro videojuego favorito, pero me he cruzado con un proyecto llamado Blood Sport en Kickstarter que justamente propone eso. La idea, tal y como cuentan sus responsables, es la de llevar las consecuencias del mundo de los videojuegos a la vida real. Es decir: cada vez que nos hieren en un juego, parte de nuestra sangre es bombeada desde nuestro brazo a un sistema de recolección.
Lo que han hecho Taran Chadha y Jamie Umpherson es aprovechar el sistema de vibración que llevan incluido los pads actuales para derivar la señal eléctrica que activa los motores cuando nuestro personaje sufre daños. De esta forma la envían a una placa Arduino que será la encargada de decirle al sistema de extracción y recolección de sangre cuándo debe actuar. Esta placa, además, tiene otro cometido: controlar la cantidad de sangre extraída de nuestro cuerpo para no pasarse. Para ello, y antes de ponernos a jugar, se le introducirán una serie de datos como nuestra edad, nuestro peso y nuestras condiciones médicas preexistentes.