Gratificación inmediata. La gente tiende a la gratificación inmediata, en lugar de la gratificación diferida. Esto es que prefiere saciar sus gustos actuales aunque eso no necesariamente sea lo más conveniente en términos financieros.
Gratificación diferida. Capacidad de posponer un gusto para darse un placer mayor en el futuro. Como cuando ahorramos. A este grupo pertenecen los que ahorran
Exceso de autoconfianza. Personas sumamente inteligentes con excelente autoestima que consideran que sus éxitos financieros se deben a su desempeño y que sus fracasos se deben a algo inevitable (el destino). Entre ellos encontramos a profesionales y empresarios exitosos.
Falacia del ganador. Algunas personas que arriesgan todo su capital pensando que una serie de sucesos al azar podría resultar para ellos porque funcionó con otros. Sin embargo, el éxito financiero nunca es un traje a la medida ni tiene una fórmula.
Aversión a la pérdida. A la gente instintivamente le gusta acumular. Y perder parte de su patrimonio le produce una especie de dolor. Entre las personas que tienen la aversión a la pérdida desarrollada encontramos gente que ha tenido experiencias frustrantes con asuntos de dinero.
Aversión al riesgo. Son personas que no comprometen su capital.