Creencias Irracionales

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Sus Creencias Influyen sobre sus Emociones:  Ya sean sentimientos suyos o de su hijo/a, los sentimientos negativos son difíciles de lidiar. En el Capitulo 1 usted aprendió que para no estimular el objetivo de su hijo/a de atención, poder, venganza o sentimientos de inadecuación, usted necesita cambiar la forma en que usted responde a la conducta inadecuada. Usted debe cambiar su’ respuesta emocional de molestia, rabia, dolor, o desesperación ya que estas emociones avivan la conducta inadecuada del hijo/a. Los hijos/as esperan que sus padres  reaccionen de esas maneras, y las reacciones típicas de los padres dicen a los hijos/as que han alcanzado su objetivo.

 

La pregunta que todos los padres deben hacerse es la siguiente: ¿Cómo puedo parar mis emociones negativas? Para descubrir esto necesitamos examinar como las personas crean estas emociones. Entonces podremos contemplar diferentes maneras de parar de crearlas. Note que usamos la palabra ‘parar’, no reprimir o controlar. Tratar de tragar, reprimir o negar o controlar una emoción negativa como la rabia no da resultado. Usted termina peleando consigo mismo y esta es una batalla que casi siempre se pierde. Parar una emoción es un proceso muy diferente, que deseamos describir en detalle.

 

Albert Ellis y Robert A. Harper han ofrecido una explicación clara de cómo nos convencemos de sentimientos negativos. Ellos discuten el proceso utilizando A, B y C. A es el evento detonador algo que sucede en nuestras vidas. B es nuestra creencia sobre A. C es la consecuencia emocional de nuestra creencia sobre el evento detonador.

 

La mayoría de las personas piensan que A causa a C; que un evento causa una respuesta   emocional específica. Por ejemplo, suponga que su hijo hijo/a le diga que no soporta escucharlo y que sus consejos no sirven. Él lo rechaza y usted siente pena por usted. Fue el evento detonador (ser rechazado) el que realmente causó la consecuencia emocional (la  pena  por si mismo)? Sabemos que creamos nuestras propias emociones por lo que no  podemos  concluir que usted siente pena por si mismo debido a que su hijo hijo/a lo  rechazo.  Recuerde que el no puede hacerle sentir así. Necesitamos estudiar a B su creencia  sobre A.

 

Muy probablemente usted se ha dicho a si mismo algo como esto cuando su hijo la  ha  rechazado: Es terrible ser rechazado. ¡No puedo soportar ser rechazado! ¡Debería ser  amado!  ¡No tengo ningún valor porque mi hijo no me ama!

 

Naturalmente si usted se ha dicho todas estas cosas, usted debe sentir pena por si mismo y   posiblemente hasta deprimido! Sentimientos como estos no le permiten relacionarse bien con   su hijo y pueden hacerlo vulnerable a la manipulación. El sabrá que cuando lo rechaza puede   contar con que usted siente pena por usted mismo y sucumbe a sus deseos. Aun si usted   decide combatir, el conseguirá lo que quería de usted: una respuesta negativa.

 

Suponga que usted se dice algo diferente cuando su hijo hijo/a lo rechaza. Como se sentiría si dijese a usted mismo: ‘“ser rechazado es muy frustrante y   desafortunado, ¡pero no es algo terrible!  Puedo soportarlo aunque no me guste. Realmente   quiero ser amado pero todavía tengo valor como persona aunque mi hijo me haya rechazado.  Además se que esta haciendo  escena por su propia falta de incentivo. Como el sentir pena por mí mismo no lo ayudara a él o a mi prefiero permanecer firme aunque bondadoso.

 

Si usted se dice estas cosas en lugar de aquellas otras cosas aunque probablemente se sienta desilusionado de ser rechazado y tal vez haya frustrado, no se sentirá deprimido ni   sentirá pena por usted mismo. Además usted se permitirá a usted mismo estudiar el desincentivo de su hijo/a para decidir cómo le gustaría actuar. Resguardado por estas   creencias usted se encontrara la posición de no dejarse manipular.

 

Ellis explica que nosotros mismos causamos los problemas teniendo creencias irracionales   de las cosas desagradables que ocurren en nuestras vidas. Nos molestamos nosotros   mismos porque consideramos nuestras preferencias como necesidades; desear mucho que algo suceda (o no suceda) y en consecuencia pensamos que debería (o no debería)   suceder. En resumen Ellis enlista los cuatro elementos de una creencia irracional.

 

Los   llamamos los cuatro Cs:

  • Hacer una catástrofe: ¡Es terrible ser rechazado!
  • Casi no puedo soportarlo: No soporto ser rechazado.
  • Comandante dando órdenes: Debería ser amado.
  • Condenar: ¡No tengo ningún valor porque mi hijo no me ama!

 

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Hacer una Catástrofe: Cuando contemplamos el mundo con creencias irracionales, nos hacemos infelices y a menudo no podemos relacionarnos bien con otros seres humanos. Vamos a molestarnos  cuando las cosas no van como pensamos que deberían caminar, y es probable que veamos las  desilusiones como catástrofes, en lugar de verlos como eventos frustrantes, desafortunados o inconvenientes.

No puedo soportarlo: Si creemos que tenernos una catástrofe en las manos, es posible que nos digamos a nosotros mismos que no podemos soportarlo. Pero diciendo esto    proclamamos a nosotros mismos que somos débiles, incapaces de manejar la desilusión.

Dar Ordenes: Cuando palabras absolutas como deber, necesito, tengo que, siempre y nunca aparecen en nuestra conversación o pensamientos, estamos traduciendo nuestras preferencias en  requisitos. Creer que las cosas deben ser como queremos que sean es hacer poco razonables de la vida. Estamos dando órdenes a la realidad para que sea como nosotros deseamos, en lugar de reconocer  que la realidad no es como deseamos.

Condenar: Cuando los problemas en nuestra relación con nuestros hijos/as nos influyen  demasiado, podemos caer en la condenación. “No tengo ningún valor porque mi hijo no me ama “. “Ese niño es  horrible y muy desagradecido”. Si contemplamos las desilusiones como tales y no como  catástrofes   podremos ver que nosotros, ni nuestros hijos/as somos tan inadecuados ni tenemos tan poco valor. Podemos aprender a evaluar el comportamiento de las personas y no a las personas mismas.

 

Existen numerosas creencias irracionales y numerosas situaciones problemáticas entre los padres y sus hijos/as. Este listado contiene algunas creencias irracionales sobre  la crianza de los hijos. A medida que usted lea esta corta lista,  pregúntese si usted tiene algunas de estas creencias:

 

  • Para ser buen padre debo (tengo que) tener la aprobación de todos las personas de la  comunidad.
  • Debo (tengo que) ser competente en todos los aspectos de la crianza.
  • Las cosas deben salir como yo deseo
  • Las personas son víctimas de las circunstancias y no deben tratar de cambiar lo que puede  ser   cambiado.
  • Debo ser responsable de la conducta de mi hijo/a si yo fuese un padre más  efectivo, mi hijo/a siempre se comportará bien.

 

Nadie puede ir por la vida a merced de creencias irracionales. Las creencias racionales    existen, ¡están expuestas en STEP! ¿Cómo podemos desarrollar creencias racionales?    Primero, reevalúe su percepción del acontecimiento detonador (A), concentrándose en    cambiar su creencia; (B) Reconozca que las desilusiones en su relación con su hijo/a    son solo eso desilusiones. No catástrofes sino problemas desafortunados, inconvenientes y    frustrantes. Note que usted si tiene el poder de manejar esos problemas.  Ellis /c llama a esta situación “No me gustará nunca pero puedo soportarlo”! ¡Admita ante sí mismo que solo porque    usted desea que las cosas vayan! bien, no hay razón para que siempre sea así.

 

Tomemos nuestro ejemplo de nuevo, podemos mostrar cómo se cuentan las cuatro Cs:

  • No hacer una catástrofe: Ser rechazado es frustrante, desafortunado e inconveniente, pero no  es terrible.
  • Si puedo soportarlo: Puedo soportarlo, aunque no me gusta.
  • No dar órdenes: Realmente quisiera ser amado. (Traduciendo un comando en una preferencia)
  • No condenar: Aunque no me ames tengo valor como persona.
  • Mas de allá de las cuatro Cs, podemos trabajar para crear emociones positivas como la    simpatía, y la determinación:

 

Oraciones comprensivas y activas: Sé que estás desincentivado y me gustaría ayudarte,    permaneceré firme pero comprensivo.  Si creemos y utilizamos frases como “si pudiese elegir”, “preferiría”, “quiero”, “sería mejor si “, podríamos expresar preferencias en lugar de comandos. Más importante aún, podríamos    pensar de manera racional.

 



Compendio traducido y revisado por Emma C. Fernández-Albert, M.Ed.

 

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