La cantante canadiense de pop-rock Avril Lavigne cree que su cuarto álbum, «Goodbye Lullaby», constituye su trabajo más «personal» hasta la fecha, ya que la artista se desnuda emocionalmente hasta el punto de sentirse «vulnerable».
La cantante, de 26 años, explicó en París que en otros trabajos le preocupaba la interpretación que los demás podían hacer de sus letras pero que en esta ocasión logró «borrar de la mente» esa idea y escribir para sí misma de forma «realmente honesta».
«Goodbye Lullaby» habla de cómo las personas atraviesan situaciones difíciles y «las superan y crecen», puntualizó la artista canadiense, que reconoció haber madurado en la gestación de su último trabajo. «He crecido con cada nuevo álbum y con cada gira», destacó Lavigne, que se fijó como objetivo grabar un disco «con un enfoque diferente», y donde abandona los sonidos más rockeros que la caracterizaban a favor de canciones donde predomina la guitarra acústica, el piano y los instrumentos de cuerda.