Un investigador del Laboratorio de Ingeniería Informática e Inteligencia Artificial conocido como Andrew Barry ha desarrollado un algoritmo de detección con el que los drones serían capaces de evitar obstáculos de forma autónoma, incluso aunque se encuentren en entornos completamente desconocidos. A diferencia de los algoritmos tradicionales, encargados de procesar imágenes para detectar obstáculos a distancias múltiples (un metro, dos metros, tres metros, etc.), el algoritmo creado por Barry se encarga de localizar obstáculos a 10 metros de distancia. De esta forma, a medida que el dron se desplaza va aumentado el horizonte de los 10 metros, por lo que el vehículo aéreo es capaz de volar a una velocidad mucho mayor que utilizando los algoritmos previamente mencionados (se necesita menos tiempo para procesar los datos).
Para probar el funcionamiento del algoritmo, Barry ha fabricado un dron con una envergadura de aproximadamente 86 centímetros y apenas 0,45 kg de peso. El dron cuenta con una cámara en cada ala y dos procesadores similares a los que podemos encontrar en un teléfono móvil básico. Dado que solo tarda 8,3 milisegundos en procesar cada frame capturado por las cámaras, el dron fue capaz de volar alrededor de una zona llena de arboles a una velocidad cercana a los 50 km/h, muy superior a los 10 km/h a los que podría desplazarse utilizando algoritmos tradicionales. Video: https://www.youtube.com/watch?v=_qah8oIzCwk