El director de la Orquesta Sinfónica Nacional definió el género urbano como un “veneno para la sociedad” cuyas letras incitan a la violencia, a la vez que aclaró que nadie puede llamar a eso música en el buen sentido de la palabra. José Antonio Molina aseguró que el reguetón y otros ritmos similares son un reflejo del deterioro que en un momento determinado sufre una sociedad.
El músico, quien dirigió el concierto en que el hoy santo Juan Pablo II celebró los 50 años de vida sacerdotal, calificó al género urbano como un fenómeno efímero porque las cosas que no tienen calidad no perduran en el tiempo. Molina, a través de una nota, agregó que esas cosas no tienen razón de ser en un mundo de valores donde se supone que debe haber un cedazo para que eso no pueda pasar.