La actriz Elizabeth Peña sufría de una severa cirrosis consecuencia de un abuso prolongado del alcohol en el momento de su muerte la semana pasada en Los Ángeles a los 55 años, una enfermedad que la malograda estrella había padecido durante meses, pero que se agravó especialmente en las semanas previas a su fallecimiento, según informa la prensa.
El certificado de defunción de Elizabeth revela que horas antes de su trágica muerte sufrió un sangrado gastrointestinal agudo que finalmente provocó una parada cardiovascular, lo cual desmiente el comunicado de su mánager, quien previamente afirmó que la intérprete había fallecido por causas naturales. Entre los últimos trabajos para la pequeña pantalla de la actriz destacan su participación en la exitosa comedia Modern Family, donde daba vida a la madre del personaje de Sofía Vergara, Gloria Pritchett.